miércoles, 13 de agosto de 2025

Cinco bocados con Espido Freire: comer y recordar

El verano en la radio a veces trae pequeños descubrimientos, programas que no hacen ruido, pero que te enganchan. Es lo que me ha pasado con Cinco Bocados, el espacio de RNE que presenta Manu Martín Albo. La idea parece sencilla: sentarse a hablar con alguien conocido sobre las comidas que marcan su día. Pero, como pasa con las buenas sobremesas, la charla acaba yendo mucho más allá.

En el primer episodio que nos sirve de referencia para este análisis, la invitada es Espido Freire, escritora, columnista y voz habitual de la radio. Y lo cierto es que, aunque el guion del programa sigue las cinco comidas del día, lo que escuchamos es más bien un recorrido emocional, lleno de detalles y recuerdos.

El programa comienza recordando que fue la ganadora más joven del Premio Planeta y que ha tenido una presencia constante en medios, tanto en prensa como en la radio del ente RTVE y en televisión. Unos datos necesarios para situarla, aunque lo interesante no es solo su currículum, sino cómo se desmonta desde el minuto uno la imagen que algunos podrían tener de ella.

“Antes muerta que sencilla”, dice, riéndose, al recordar cómo se retocó los labios justo antes de subir al escenario del Planeta, mientras algunos periodistas la tachaban de estirada.

Una voz que escucha y otra que reflexiona

El estilo de Manu muestra curiosidad y cercanía, sin hacerse notar demasiado. Escucha con atención, pregunta lo justo y sabe cuándo apartarse para dejar espacio. En ese tono amable, Espido encuentra un lugar cómodo. Tiene una forma muy suya de hablar, con frases bien pensadas, a veces pausadas, a veces muy directas, que hacen pensar.

Me ha sorprendido la naturalidad con la que habla de cosas íntimas sin ponerse intensa. Cuando cuenta, por ejemplo, que asocia objetos a personas, o que hay cicatrices que uno no borra, pero que aprende a integrar, no suena ni dramática ni superficial.

“Todos tenemos cicatrices, y está bien de vez en cuando recordarlas.”

Una estructura simple… pero efectiva

La conversación sigue un orden claro: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Pero a poco que avanza el programa, uno se da cuenta de que lo que menos importa es saber qué desayuna o merienda la invitada. Lo que engancha es cómo cada comida abre una puerta: a la infancia, a la escritura, a las rutinas de trabajo, a lo que se gana y se pierde con los años.

Por ejemplo, hablando del desayuno, la invitada cuenta cómo lo vive diferente en casa o en un hotel, o cómo elegir una taza concreta según el estado de ánimo le ayuda a empezar el día. Y así, sin querer, pasamos de los huevos benedictinos a la memoria emocional, del buffet al aprendizaje vital.

El programa fluye sin prisa, pero no se hace lento. Tampoco hay secciones marcadas con cortinillas ni artificios: solo dos voces hablando, con ritmo y sentido.

Sin fuegos artificiales, pero con fondo

El espacio no busca deslumbrar ni emocionar a toda costa. Espido no vende una imagen, ni intenta caer bien todo el rato. Cuenta cosas, se explica, y deja que el oyente saque sus conclusiones, con frases que se te quedan porque no suenan a pose.

“A mí me hubiera gustado desde el principio modular mejor mis emociones”

El tema central —la comida— está siempre presente, pero muchas veces pasa a segundo plano. Hay reflexiones sobre el desayuno dulce o salado, sobre la intensidad de las cenas literarias, o sobre cómo algunas comidas ya no son lo que eran, sobre todo en los actos públicos. No obstante, yo no hablaría de un programa gastronómico al uso.

Sonido limpio, sin distracciones

La realización es sencilla, y eso juega a su favor. Se nota que está bien grabado: las voces suenan nítidas, y la de Manu, sin necesidad de ser una voz canónica ni responder al estándar habitual de RNE, comunica con eficacia y naturalidad. No hay cortes extraños, y la música inicial, que en un primer momento puede dificultar la escucha, desaparece pronto, dejando todo el protagonismo a la conversación.

En el tramo final, Santi, colaborador habitual, nos ofrece una intervención sobre los desayunos salados. Él le da al espacio un toque distinto, más dinámico y culinario, que rompe un poco la intimidad lograda en la primera parte, pero también añade variedad y propuestas prácticas, dado que no podemos olvidar que, según el título, esto va de “bocados”.

¿A quién puede interesar?

No estamos ante un espacio para quienes buscan entrevistas intensas, humor constante o titulares rápidos. Cinco Bocados está hecho para quienes disfrutan escuchando, sin prisa, y sin que pase “nada” espectacular. El público ideal puede ser ese oyente habitual de RNE, pero también cualquiera que agradezca una voz distinta y una conversación sin pretensiones.

No hay personajes, tampoco frases rimbombantes. Lo que hay es pausa, contexto, y un cierto cariño por lo cotidiano.

¿Lo recomiendo?

Sí, aunque no para cualquier momento. No es un pódcast para escucharlo mientras corres. Pero si tienes un rato —una merienda sin prisa, por ejemplo—, puede que te lleves una sorpresa.

Yo pensaba que iba a escuchar a Espido hablando de recetas. Y acabé escuchando, gracias a Manu, a alguien que hablaba de cómo desayuna, sí, pero también de cómo se cae, cómo se levanta y cómo sigue adelante, con cicatrices y todo.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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lunes, 11 de agosto de 2025

Propuestas frescas para este agosto de calor

Volvemos con nuestro repaso sobre propuestas sonoras que hemos descubierto. Espacios que invitan a escuchar con calma, a descubrir miradas distintas y, en algunos casos, a reflexionar sobre lo que nos rodea. Empezamos con Pienso y no sé nada, en el que Alejandro Brianza nos lleva por un recorrido de ideas sobre epistemología, filosofía y metodología de la investigación científica. Un espacio para quienes disfrutan cuestionando lo que creen saber y explorando nuevos enfoques.

Seguimos con Zoociedad sin estereotipos, que nos muestra cómo, desde la diversidad, se pueden generar cambios reales. A través de historias de migración, emprendimiento o deporte, busca derribar prejuicios y construir una sociedad más inclusiva.

Para quienes prefieren las conversaciones espontáneas, Mejor Nada reúne a ocho estudiantes de comunicación dispuestos a hablar sin filtros, alternando entre reflexiones sobre lo importante de la vida y momentos de pura risa.

En un tono más íntimo, Créditos Iniciales nos invita a viajar a los recuerdos más tempranos de sus invitados, explorando cómo han marcado su vida y su obra. Santiago de la Peña nos guía por esas memorias, que van desde canciones familiares hasta primeras creaciones.

Si hablamos de maternidad, Madres reinventadas ofrece entrevistas a mujeres que han sabido reinventarse profesionalmente sin dejar de lado el cuidado de sus hijos, compartiendo experiencias reales y consejos prácticos.

La ciencia, la filosofía y la religión se cruzan en Por el amor de Higgs, con Javier Santolalla y Enric F. Gel planteando grandes preguntas sobre la existencia de Dios, los milagros o el sentido de la vida.

Para los amantes de la música, Los clásicos nos esperan mañana propone conversaciones en las que la música se convierte en hilo conductor de recuerdos y vivencias, de la mano de Francisco Contreras, El Niño de Elche.

En un enfoque práctico y emocional, Tu mejor parto acompaña a las futuras madres con herramientas para vivir el nacimiento desde la calma, con el apoyo de profesionales y testimonios como el de Iris Borda sobre maternidad feminista.
Finalmente, EntreTelas se centra en el mundo textil, especialmente en la Vall d’Albaida, con entrevistas a personas del sector que comparten su experiencia y animan a emprender nuevos proyectos.

Son muchas las voces y las miradas que hemos encontrado esta semana. Así que, si alguna de estas propuestas despierta tu curiosidad, dale al play y cuéntanos qué te ha parecido. Y, por supuesto, si tienes algún descubrimiento sonoro, estaremos encantados de conocerlo.

sábado, 9 de agosto de 2025

Radioyentes 432 crónicas, créditos y consultas

Como todas las semanas, aquí estamos una vez más dispuestos a recomendaros diversos espacios que hemos descubierto estos días. Todo ello en un repaso que comienza hablando en primer lugar de Radio 3 Extra porque allí estrenaban en enero el podcast Créditos Iniciales dedicado a las personas a las que les encanta recordar tiempos pasados, para lo que en el mismo se adentran en los recuerdos más primitivos de los invitados.
Con ese objetivo, Santiago de la Peña explora cómo esos momentos tempranos han dejado una huella imborrable en su obra posterior. Desde las canciones que sonaban en el coche familiar durante los viajes, la primera obra que creó, hasta la experiencia de su primera presentación



Os dejamos el podcast para su audición, y la transcripción en modo texto, así como enlaces en el texto a las fuentes, ampliación, escucha y lectura íntegra.
Agradecimientos para:
José Antonio Laboreo
Sintonía: de Junior Menezes

Podium Podcast nos ofrece Consulta abierta, un espacio en el que la periodista Lourdes Lancho recorre consultas, quirófanos e incluso las cocinas del Hospital Clínic Barcelona. Con el objetivo de escuchar a los profesionales de la salud sobre cuáles son las enfermedades que más dudas despiertan, cómo se tratan una vez recibido el diagnóstico y cuál es el proceso de tratamiento de los pacientes que se ponen en sus manos. 

Estamos ante una verdadera consulta abierta para todos aquellos que buscan respuestas claras y fiables directamente de los profesionales de dicho centro en un proyecto de Hospital Clínic Barcelona y la Fundación BBVA.

El Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama nos ofrece De cerca con, un podcast con charlas cercanas y distendidas con personajes relevantes de dicha localidad, que nos permiten conocer de cerca y descubrir más este municipio del Noreste de la región de Madrid, conocido por sus bellos parajes naturales y riscos como El Balcón de Madrid

Estamos ante una propuesta que se emite cada 15 días, y que se puede escuchar desde plataformas digitales de pódcast y desde la web del Consistorio y sus redes sociales, en una iniciativa que quiere ofrecer información local,  de una manera accesible, cercana y dinámica.
Moto Crónicas en un espacio que quiere ser un reducto en la red para los amantes de las motos. En el que hablan sobre libros, rutas, eventos, historias y todo tipo de anécdotas relacionadas con su pasión por las dos ruedas.

Estamos ante un podcast que nace de la necesidad de dar rienda suelta a dos de las pasiones de su autor: por un lado, las motocicletas, y por otro, el contar historias desde un punto de vista emocional. Todo ello sin muchos datos técnicos, ni referencias a velocidades, punta, litros por kilómetro o milímetros de extensión de una horquilla.

Y finalizamos nuestra edición de hoy hablando de Informe Morrocotudo que es un podcast a modo de aventura sonora, donde el periodismo y el deporte se encuentran para dar forma a análisis frescos, charlas cargadas de buen rollo y momentos que te sacarán una sonrisa. 
En el espacio no hay lugar para la seriedad extrema ni para las opiniones aburridas, ya que cada episodio es un viaje entretenido y cercano, lleno de historias que conectan con la realidad del deporte y los pequeños grandes detalles que lo rodean.

Y hablando de Informes Morrocotudos, despedimos por hoy nuestro Radioyentes, aunque ya sabéis que volveremos la semana que viene con nuevas recomendaciones. Mientras tanto, os animamos a visitar nuestra web, así como a enviarnos vuestros comentarios.

"Motivos suficientes", historias que despiertan en la noche

La madrugada, en medio del verano, es el escenario perfecto para dejarse llevar por las historias que propone Motivos suficientes, un espacio de RNE conducido por María Paredes, que busca acompañar a los oyentes que se resisten al sueño. En la edición que hemos escogido para nuestra reseña, la del 31 de julio, el programa nos ofrece un viaje entre lo real y lo fantástico, desde los amaneceres en Alaska hasta los confines del sistema solar.

La locución y el estilo: voz cálida, ritmo natural y complicidad con el oyente

Desde la primera frase, “No hace falta dormir para soñar, basta con que te quedes con nosotros”, María Paredes establece un tono íntimo y cercano. Su dicción es clara, el ritmo pausado sin resultar lento, recursos con los que logra una grata atmósfera. La conducción es profesional al estilo de la radio pública, pero con cierta espontaneidad. Cuando conversa con invitados como Inés, residente en Alaska, o Jorge Pla García, astrofísico de la NASA, sabe escuchar y dar espacio, interviniendo con preguntas naturales y bien orientadas.

A su lado, colaboradores como Pablo Moreno, Paco Álvarez o Jesús Relinque suman estilos propios que enriquecen el conjunto. Pablo aporta anécdotas curiosas con un aire informal; Paco narra con gusto por el detalle histórico, y Jesús utiliza una equilibrada narrativa que refuerza el misterio.

Estructura y contenido: una noche dividida en capítulos

El programa presenta una estructura reconocible y coherente. La bienvenida abre con un guiño al oyente noctámbulo y anuncia el itinerario del capítulo: amanecer en Alaska, ciencia espacial, historia y espiritismo. Cada sección tiene su propio tono y contenido, lo que permite que el oyente elija con qué quedarse… o si se queda hasta el final, como sugiere el título del espacio.

Los bloques están ordenados con sentido y delimitados claramente por los indicativos que emiten entre secciones. La duración de cada parte permite entrar en el tema sin extenderse en exceso. Destaca la transición suave entre secciones, con frases como: “Y ahora, el cielo de la noche…” o “Aquí seguimos removiendo la historia…”, que evitan cortes bruscos y mantienen la atención.

Temática y profundidad: variedad bien tratada

El espacio logra un equilibrio entre temas cotidianos, científicos, históricos y misteriosos en esta edición, aunque, al ser un espacio diario, en cada jornada encontramos secciones diferentes. La conversación con Inés, una española en Alaska, permite conocer realidades del entorno ártico: el clima, la soledad lingüística, la vida militar, la alimentación basada en el salmón, los osos o los cambios de luz. Su relato aporta vivencias personales, con observaciones que ayudan a imaginar el lugar sin caer en tópicos.

Más adelante, la sección "El cielo de la noche", con el astrofísico Jorge Pla García, introduce cuestiones complejas con lenguaje accesible. Se explican fenómenos de Marte y Titán, la exploración espacial y los retos de habitar otros planetas. A través de ejemplos claros —como la diferencia térmica de Marte o las lluvias de metano en Titán—, el contenido resulta sugerente sin ser técnico en exceso.

El bloque histórico, a cargo de Paco Álvarez, aborda la participación española en la liberación de París en 1944. Aporta datos poco difundidos, con nombres, fechas y anécdotas que rescatan una memoria casi olvidada. La narración es amena, con toques de humor que evitan un contenido demasiado denso.

Finalmente, Jesús Relinque ofrece una historia de espiritismo ambientada en Cádiz. Habla de un trípode que pretendía contactar con los muertos y de un libro prohibido en 1857. Su relato mezcla archivo, ironía gaditana y misterio sin exageración.

Producción sonora: sonido cuidado, ambiente sugerente

El audio es nítido, sin interferencias, con muchos elementos de audio intercalados, incluido el uso del eco en alguna sección. Las voces están bien niveladas y los cortes funcionan como separadores discretos que no distraen. La realización técnica, a cargo de Rubén Vázquez, y el sonido, de Jorge Gómez, ayudan a todo ello.

Audiencia: noctámbulos curiosos y amantes de las historias

Motivos suficientes está claramente dirigido a quienes buscan algo más que música en la madrugada. Sus oyentes probablemente valoran los relatos bien contados, los datos que sorprenden y el tono reposado de las noches de radio. El programa no requiere conocimientos previos y, sin embargo, no renuncia a la profundidad, lo que lo hace accesible y ameno. 

Valoración final: un viaje coherente que deja huella

Desde el punto de vista del oyente, este capítulo consigue su propósito: mantener la curiosidad despierta hasta el final. Sus puntos fuertes son la naturalidad en la locución, la variedad de temas sin perder el hilo, la capacidad para hacer cercanos asuntos lejanos, y el cuidado técnico. Como posible mejora, podría considerarse un cierre más desarrollado, que recupere brevemente lo escuchado a modo de epílogo. Asimismo, algunas secciones se nos quedan cortas y el cuerpo nos pide algunas preguntas más.

En definitiva, Motivos suficientes es una buena recomendación para quienes disfrutan de la radio como refugio nocturno, por su equilibrio entre entretenimiento, información y emoción. Un espacio que demuestra que la madrugada no es tiempo perdido, sino una oportunidad para descubrir mundos nuevos con solo cerrar los ojos… y abrir bien los oídos.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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miércoles, 6 de agosto de 2025

“Podría ser peor”: noches de verano con humor

La radio en verano suele servir de laboratorio para próximos programas, aunque no es el caso que nos ocupa. Se trata de una propuesta a modo de versión veraniega del programa que se emitió durante la temporada regular, sin visos de continuidad.

Ellos mismos nos lo recuerdan en algún momento de manera directa, o con guiños que apuntan sin nombrarla a Isabel Gemio, y su vuelta a la radio en septiembre.

Hablamos de la versión estival del programa “Podría ser peor”, del 21 de julio, presentado por David Asensio Fernández. Un título que ya avisa: esto no es un programa serio, ni lo pretende. Es un late show que mezcla humor, actualidad ligera, improvisación y participación de los oyentes. Todo ello envuelto en un tono de “vamos a pasar un buen rato, que ya bastante tenemos”.

Un estilo natural, a veces incluso demasiado

David Asensio abre con un “Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estáis?” y arranca directamente hablando del verano como concepto, en todas sus versiones: el astronómico, el meteorológico y el “radiofónico”. Es esa mezcla entre lo personal y lo cotidiano la que da vida al programa.

“¿Qué marca el inicio del verano? Pues yo, resulta que hoy, 21 de julio, he hecho el decimocuarto gazpacho del verano…”

Su forma de hablar es directa, algo desordenada a veces, pero cercana. No hay miedo a los tropiezos ni a la broma que no cuaja. Lo mismo se nota con los colaboradores, como Alejo Paredes, Carolina del Pino, Manu Martín o la productora Carol Piqué, que entran y salen de la conversación con naturalidad, sin esa rigidez de otros espacios donde cada intervención parece ensayada.

A ratos el ritmo se acelera tanto que parece que se pisan, pero ahí está parte del encanto: es un programa coral, casi como si se metiera un micro en medio de un grupo de amigos que tienen acceso a un estudio de radio. Sin embargo, en la segunda hora el espacio adquiere una estructura más clásica, como las entrevistas, en este caso a Carlos Hipólito, o sesiones clásicas de un magazine, como la musical en la edición de los lunes.

Estructura que se disuelve en la charla

“Podría ser peor tiene secciones reconocibles, pero no están claramente separadas. Se pasa de una llamada de oyente a una reflexión sobre producción. A algunos esto puede parecerles poco claro, no obstante para el oyente habitual todo se vuelve parte del código del programa.

Una de las secciones más divertidas es la participación telefónica “¿Dónde veraneas?”, donde los oyentes llaman para dar pistas sobre su lugar de vacaciones. Funciona bien porque mezcla juego y participación real, con premios incluidos.

“Cada semana, vosotros, los oyentes, seréis los protagonistas”. ¿Cómo? Descolgando el teléfono para jugar a ‘¿Dónde veraneas?’

También destacan momentos donde lo cotidiano toma protagonismo. Como la sección en la que Carol, la productora, se sincera sobre su trabajo. Una especie de monólogo confesional sobre lo que implica producir un programa en directo: agobios, llamadas, conflictos, agendas caóticas y discusiones inevitables. Todo contado con humor y algo de terapia compartida.

“Ser productora es un trabajo muy sacrificado.” Es el trabajo en las sombras... Tu agenda será tu tercer brazo.”

Este tipo de contenidos no son habituales en la radio: no son secciones como tales, pero aportan autenticidad al programa.

Temas que se prestan al humor, pero con una vuelta

Aunque el espacio se define como de entretenimiento, hay ciertos asuntos donde aflora algo más. Por ejemplo, una sección sobre apps de ligue, que en principio parece hecha para sacar chistes fáciles, acaba tocando (sin ponerse intensos) aspectos emocionales reconocibles para muchos oyentes.

“Me han hecho ghosting. Empiezas a hablar con alguien y de repente… ¡plaf! desaparece, y tú, a terapia.”

Aquí el tono se mantiene ligero, pero no superficial. Se habla de tácticas de manipulación emocional como el “breadcrumbing”, o tendencias como el “zombieing” y demás modas, con un lenguaje que mezcla ironía y cierta experiencia personal. Se ríen, pero no de la gente, sino de las situaciones. Lo cual se agradece.

Producción sencilla, pero efectiva

No hay grandes alardes sonoros ni efectos rimbombantes. La ambientación sonora es simple, no obstante bien integrada: músicas breves, efectos puntuales y cortes de voz que acompañan sin saturar. El sonido es limpio como marca de la casa, aunque en este episodio han tenido que cambiar de estudio por reformas, algo sobre lo que también bromean.

“Estamos en un estudio diferente… porque están haciendo reformas. Pero no había nadie trabajando. ¡Claro, que no son horas!”

El estilo recuerda por momentos al de los podcasts independientes, informales y ligeramente caóticos, no obstante coherente dentro de su propio tono.

¿A quién va dirigido?

El oyente ideal no tiene que ser necesariamente joven, aunque debe estar dispuesto a entrar en un código moderno, con referencias culturales recientes (apps, redes, televisión popular) y con una dosis alta de humor. No es un programa informativo ni divulgativo. Tampoco lo finge, y eso está bien. Pero a cambio ofrece compañía amable, voz reconocible y humor cotidiano.

Lo bueno, lo mejorable y lo que se queda

Como punto fuerte, destacaría que no pretende ser más de lo que es, y eso, en la radio pública, no es poco. No busca “quedar bien”. Simplemente, funciona como un espacio en el que el humor, la participación y la improvisación se combinan sin presión.

Como aspecto mejorable, quizá el de establecer un poco más de orden interno, sobre todo para oyentes nuevos que pueden no saber cuándo empieza o acaba una sección. También hay algunos momentos de ruido de grupo en los que cuesta saber quién habla.

Ahora bien, si uno entra en el juego y deja que las voces te acompañen, como quien se queda en una sobremesa larga con amigos que se pisan, pero se entienden, el programa cumple con creces.

“Podría ser peor. Hay gente que ha durado menos, como el local ese que abrió dos días.”

¿Lo recomendaría?

Sí, especialmente para quienes escuchan la radio de madrugada y buscan algo distinto a las fórmulas habituales. Si uno acepta la informalidad como parte de la propuesta, y disfruta con los programas donde los silencios no están medidos al milímetro y donde el humor puede brotar de una anécdota sobre gazpacho o una llamada desde Calatayud, entonces este programa merece una escucha.

No cambiará el rumbo de la radio española, pero desde luego, como ellos mismos dicen, podría ser mucho peor.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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