jueves, 31 de julio de 2025

Novedades sobre salud infantil, literatura, crímenes y transición energética

Retomamos nuestro espacio habitual de recomendaciones, en el que queremos compartir algunos descubrimientos que hemos encontrado buceando entre podcasts y programas de radio. 

Propuestas que tocan temas muy variados —desde la salud infantil hasta la literatura, pasando por el crimen real o la transición energética— y que creemos pueden interesar tanto para escuchar con calma como para compartir con quienes tenemos cerca.

Así que comenzamos hablando del titulado Sin cita previa, un podcast pensado para quienes se preocupan por el bienestar de los más pequeños. Sus creadores, los pediatras Elena Blanco y Gonzalo Oñoro, combinan su experiencia médica con su vivencia como padres para ofrecer información clara y útil sobre temas cotidianos de salud infantil. Por ejemplo, en uno de sus episodios más recientes abordan los despertares nocturnos, explicando cómo influyen los ritmos del día en el sueño de los niños.

Siguiendo en la misma línea de cuidado familiar, encontramos Mi bebé y yo, un espacio centrado en el apoyo emocional durante la maternidad. En uno de sus episodios destacados, la neurocientífica Susana Carmona habla de cómo el embarazo y la maternidad transforman el cerebro de la mujer, aportando una mirada científica a una experiencia profundamente humana.

Desde otro ángulo creativo, Todo lo que digas será utilizado en mi historia se presenta como un punto de encuentro para escritores, editores y amantes de las letras. Isa San José y Rebeca Hernández nos invitan a reflexionar sobre la escritura, el proceso creativo y el sector editorial a través de entrevistas y conversaciones que combinan lo práctico con lo inspirador.

Cambiamos de registro para adentrarnos en los retos del planeta con Transición energética… sin cuentos, un podcast impulsado por la Universidad de Comillas. Pedro Linares da voz a las preguntas reales de la ciudadanía sobre el cambio climático y la energía, y las responde con la ayuda de expertos, en un lenguaje accesible y sin tecnicismos innecesarios.

También merece nuestra atención el espacio titulado Y esto, ¿cuándo sale?, una iniciativa del pasado Congreso de Periodismo de Huesca que buscaba prolongar las conversaciones que surgieron en ese evento más allá de los días del congreso. En cada entrega se recuperan ideas, voces y temas que marcan el presente y el futuro de la profesión periodística.

En el terreno de la música, La calle de…, de Radio Clásica, nos propone un recorrido sonoro por distintos géneros musicales, uno para cada día de la semana. Desde los musicales hasta la música barroca, pasando por el renacimiento, la creación contemporánea y las novedades discográficas españolas. Una forma de acercarse a la historia de la música de manera variada y cotidiana.

Para quienes prefieren las historias intensas, Operación Viuda Negra, de Onda Cero, ofrece una reconstrucción detallada de un crimen real ocurrido en el barrio de Patraix, en Valencia. Manu Marlasca, con años de experiencia en el periodismo de sucesos, narra esta historia a partir de testimonios, pinchazos telefónicos y entrevistas con quienes investigaron y vivieron el caso.

Y por último, para los aficionados a los juegos de mesa, llega Sherry Geek, un espacio que recorre desde los clásicos hasta las últimas novedades del sector. Con entrevistas, recomendaciones y anécdotas, el programa se convierte en una buena compañía tanto para coleccionistas como para quienes simplemente disfrutan compartiendo una partida en buena compañía.

Como veis, hay propuestas para todos los gustos. Esperamos que alguna os guste y, como siempre, os animamos a compartir con nosotros vuestros propios hallazgos sonoros. 

miércoles, 30 de julio de 2025

“Me pasa una cosa”: Cuando las manías nos hacen humanos

Llegué a este programa sin saber muy bien lo que me iba a encontrar. Vi el título “Me pasa una cosa” y pensé que sería una especie de diario personal, quizás con gracia, quizás con drama, no sé. En esta primera entrega de la serie, titulada “A Miguel Maldonado no le gusta viajar”, Manuel Burque comienza hablando de un tema un tanto escatológico, relacionado con el hecho de ir al baño en las habitaciones de los hoteles, y el supuesto terror de tener que compartirlo con tu pareja,

Estamos ante un espacio para el verano de la Cadena SER, aunque su presentador se pregunta al principio si el programa, seguirá en septiembre. La propuesta se enmarca en una especie de “grupo de ayuda”, aunque con una diferencia importante: nadie tiene intención de mejorar. Cada entrega cuenta con un invitado famoso que confiesa una obsesión o manía que le atormenta, aunque conociendo a Maldonado, no acabamos de creer que se trate de un problema real.


Un presentador que se ríe de sí mismo

Burque lleva el contenido con bastante desparpajo. No intenta sonar profesional, ni tampoco hacerse el gracioso todo el rato. Es más bien como ese amigo que empieza a hablar en una sobremesa y de repente todo el mundo lo está escuchando. Se mueve bien en el terreno de la supuesta improvisación, se ríe cuando le entra la risa, e incluso se interrumpe a sí mismo a veces. Pero eso le da vida.

Además, comparte sin vergüenza sus propias “aparentes” rarezas, como el hecho de que no puede ir al baño en el hotel si su pareja está cerca. Y lo dice tal cual:

“¿Quién fue el primero que pensó que podía ser romántico ver cagar a tu pareja?”

Una estructura que no lo parece (pero funciona)

Aunque parece todo muy improvisado, el capítulo está bastante bien armado. Empieza con ese monólogo personal de Burque, con una sintonía de fondo que resulta algo molesta y no aporta demasiado. Luego entran los invitados, en este caso, Miguel Maldonado y otro “Miguel” que hace viajes extremos. Y finalmente aparece Vanessa, la psicóloga que cierra el episodio con un análisis más serio, pero sin ponerse pesada.

Todo gira en torno a una dinámica: cada invitado entra diciendo “Hola, me llamo X y me pasa una cosa”, como si fuera una reunión de terapia. Y a partir de ahí, comienzan las confesiones.

En esta primera entrega, Maldonado “sufre” una neura impopular, y es que odia viajar. Es de los que "ni a Alicante va si puede evitarlo", ya se sabe cosas de las rivalidades entre regiones vecinas. Lo cierto es que lo argumenta con su acostumbrado sentido crítico y humor. Para contrastar, el otro Miguel representa lo contrario: ha estado en más de 70 países y lo cuenta despertando interés. Aunque no estaría de más que nos dijeran cuál es su apellido, al menos, como muestra de cortesía hacia la audiencia y para poder ubicarlo mejor en algunos pasajes.

Según la sinopsis oficial, se trata de ver si ese viajero empedernido consigue convencer a Maldonado de levantarse del sofá en agosto.

Producción mínima, pero efectiva

En el mismo encontramos gente hablando, una elección discutible de la música de introducción que acompaña al monólogo. Y otra de cierre simpática (una versión de La vuelta al mundo en 80 días), que no sabes si es una parodia o un homenaje. Y con eso les basta.

No se necesita más, porque el alma del podcast está en lo que se dice y cómo se dice.

¿A quién va dirigido?

Yo diría que a la gente que disfruta escuchando a otros pensar en voz alta. Sobre todo, si tienes tus propias rarezas, te identificas con las que cuentan, y te has sentido juzgado alguna vez por no querer hacer lo que se supone que hay que hacer. Eso sí, no esperes soluciones, ni consejos vitales. Solo vas a escuchar a gente contando sus cosas, sin miedo al ridículo. Algo que puede reconfortar a más de uno.

No es un podcast para aprender, ni para estar al día. Es más bien para acompañarte mientras haces otras cosas. Como un colega que te cuenta una historia mientras tú cocinas, o vas en coche, o te duchas.

¿Recomendable?

Sí, pero con matices. Si eres de los que necesita orden, temas claros, análisis profundos, y creer al invitado famoso, puede que te desesperes un poco. Pero si te gustan las charlas con cierto tono irónico, sin filtro, con manías supuestamente reales y sin moralina final, te puede agradar. 

Para acabar, hay que reconocer que la aparición de la psicóloga Vanessa tiene su punto. Lo hace con respeto, como al afirmar que “No todo es patología, ya que a veces son simplemente preferencias”. Y eso, en un mundo donde parece que todo tiene que tener diagnóstico, se agradece.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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domingo, 27 de julio de 2025

“Dos por cuatro": canciones y memoria en voz alta

Algunos espacios, más que escucharse, se viven: como una sobremesa entre gente que tiene buenas historias que contar. Uno de ellos es Dos por cuatro, una propuesta veraniega de la Cadena SER con Máximo Pradera y Rafa Panadero. El programa parte de una idea sencilla: dos personas con algún tipo de vínculo eligen las canciones que se llevarían a una isla desierta y, a partir de ahí, se abre la conversación.

En el episodio elegido para esta reseña, los invitados son Miguel Ríos y Manuel Vicent.

Un arranque poco convencional

El programa empieza con una broma: una especie de teatrillo sobre si se ha manipulado o no la voz de Julio López para presentar a uno de los conductores. Es una manera un tanto desconcertante de empezar, con cierto tono meta y bastante ironía. Quizá no todos los oyentes conecten a la primera, sobre todo si no conocen el estilo de Pradera, pero una vez pasada esa entrada algo caótica, el programa encuentra su tono.

Voces que se entienden

Los conductores se reparten bien los papeles. Pradera es más sarcástico, más de lanzar chascarrillos, mientras que Panadero pone un poco de pausa y encauza la charla. Ninguno busca lucirse, y eso ayuda. La forma en que se dirigen a los invitados es cercana, incluso cómplice. No hay esa distancia que a veces se nota en otras entrevistas, aunque también funcionaría con un solo presentador.

Ríos y Vicent, por su parte, no necesitan que los presenten en profundidad. Son voces con historia y con mucho rodaje, y lo demuestran sin esforzarse demasiado. Tienen química, se nota que han compartido mesa más de una vez, y esa familiaridad se traslada al oyente. Hablan de música, sí, pero sobre todo de momentos de vida.

Concha Piquer salía por todas las ventanas del pueblo”, dice Vicent, mientras Ríos recuerda su primer porro en Madrid con una mezcla de nostalgia y risa contenida.

Desorden con encanto

El formato dice que va sobre canciones que uno se llevaría a una isla, pero eso es solo una excusa. No hay guion cerrado, y eso le da aire al programa, tampoco secciones marcadas, ni un reloj que presione. Se va hablando según lo que va saliendo. Hay veces que se alargan un poco —como con la anécdota del aterrizaje accidentado en Madrid o el clarinete de Mozart bajo el agua—, pero no molesta. Al contrario, da gusto que alguien se detenga a contar algo sin prisa en la radio, aunque la música ocupa gran parte del minutaje y se echa en falta a veces que los invitados no se puedan extender. Se agradecería una mayor duración.

Eso sí, si alguien busca un espacio con estructura clara, puede que aquí se pierda un poco. El orden no es la prioridad, tampoco lo es la información. Esto va más de compartir que de explicar. Aquí no se viene a aprender nada en concreto, sino a escuchar y disfrutar de lo que sale.

La música como mapa

Las canciones elegidas van desde Concha Piquer hasta The Beatles, pasando por Duke Ellington, Frank Sinatra y una pieza de Mozart. Ríos se emociona con Tomorrow Never Knows y lo cuenta como quien está abriendo una caja que no quiere que se acabe. Vicent recuerda cómo oír el clarinete de Mozart dentro del agua fue una de las experiencias más hermosas de su vida. Puede sonar exagerado, pero él lo cuenta sin impostura, y eso hace que funcione.

Cada tema sirve para abrir una historia. Y aunque no escuchamos las canciones completas, se entiende que están ahí para eso, para tirar del hilo.

Lo sonoro, sin pretensiones

En cuanto al sonido, el programa está bien grabado. Todo se oye con claridad, las canciones entran y salen sin molestar, y los efectos se limitan a lo justo. No hay florituras sonoras ni efectos raros. Lo cual es un acierto, todo ello aderezado con un tono íntimo y no grandilocuente.

¿A quién va dirigido?

Dos por cuatro no nos da la impresión de que sea un programa pensado para oyentes que busquen tendencias o actualidad. Estamos ante una propuesta para quienes disfrutan de las historias personales, del anecdotario y de la música como hilo de recuerdos. Tiene algo de nostalgia, muchas carcajadas, alguna puya política, y miradas hacia atrás.

¿Recomendable?

Sí, porque es un programa que te acompaña de una forma muy agradable que logra algo poco común: hacer sentir al oyente que está ahí, sentado con ellos, oyendo a dos tipos contar su vida a través de canciones.

Y eso, hoy por hoy, no es poco.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

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sábado, 26 de julio de 2025

Radioyentes 430 transiciones energéticas y Zoociedad

Comenzamos nuestra edición número 430 de este Radioyentes en la Universidad de Comillas que lanzaba hace algún tiempo el podcast Transición Energética…sin cuentos

Un espacio de Pedro Linares, en que se abordan los retos y oportunidades de la transición energética en profundidad para un público no especializado, pero interesado, sobre los retos y oportunidades de la transición energética y su impacto en nuestra vida cotidiana y en la sociedad.

Os dejamos el podcast para su audición, y la transcripción en modo texto, así como enlaces en el texto a las fuentes, ampliación, escucha y lectura íntegra.

Agradecimientos para:

José Antonio Laboreo de Radio Villegas

Sintonía: de Junior Menezes

Isa San José y Rebeca Hernández nos ofrecen el podcast titulado Todo lo que digas será utilizado en mi historia, un espacio creado por y para escritores, donde exploran las tendencias actuales del mundo literario y editorial. 

Con ese objetivo, en cada episodio, abordan temas clave que afectan a la escritura y publicación, desde novedades en el mercado hasta los desafíos que enfrentan los autores emergentes y consagrados.

Además, cuentan con entrevistas exclusivas a escritores, editores y otros profesionales del sector, quienes comparten sus experiencias, consejos y perspectivas sobre la industria.

Zoociedad sin estereotipos es un espacio que refleja el día a día de una sociedad en transformación. Estamos ante una propuesta que quiere mostrarnos cómo, al ser diferentes, estamos generando cambios reales. Y es que, a través de la migración, el emprendimiento y el deporte, desafiamos estereotipos y construimos nuevas oportunidades. 

El objetivo del programa es romper barreras y buscar la igualdad de oportunidades para todos, construyendo una sociedad inclusiva y diversa.

Lía y Nora son dos chicas apasionadas por la ciencia y los misterios del universo, que nos ofrecen el podcast titulado Metron y el cristal mágico. Un espacio en el que, a través de sus actividades, y sus exploraciones en las cuevas de su tranquilo pueblo, son transportadas al increíble planeta Metron.

En este nuevo mundo, conocerán a Ploob, un amigable extraterrestre amarillo, y su compañero Xylar, y descubrirán que la única manera de regresar a casa es encontrar un cristal único custodiado por el tiránico Maestro Troyis.

Juntos emprenderán esta emocionante aventura, luchando contra desafíos y descubriendo la historia oculta de Metron. 

Y acabamos con Mejor Nada que es un podcast en el que ocho estudiantes de comunicación se reúnen para ofrecernos conversaciones auténticas, explosivas y a veces impredecibles. Todo ello en una propuesta sin temas prohibidos ni guiones aburridos. 

Con ese objetivo, en cada episodio nos presentan un carrusel de ideas con preguntas como la de si queremos reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. O si preferimos desconectarnos del mundo y reírnos sin fin.

Y con ese espacio titulado Mejor Nada finalizamos nuestro repaso en el día de hoy, no sin antes invitaros a seguirnos en nuestras redes sociales, web y boletín informativo mientras preparamos la siguiente edición de Radioyentes.

miércoles, 23 de julio de 2025

La familia correcta de El País Audio

 La familia correcta: una red bien armada y una historia que pide ser contada

A veces uno empieza un podcast por curiosidad y acaba tomando notas. Eso me pasó al escuchar el primer episodio de La familia correcta, una serie documental de seis entregas de El País Audio, Chora Media, Europod y 444, realizada en el marco del proyecto WePod, cofinanciado por el programa Europa Creativa de la Comisión Europea.

Estamos ante una serie que se mete de lleno en el auge de las redes ultraconservadoras en Europa. La premisa no es nueva: la familia como bastión ideológico, el aborto como enemigo común, la agenda progresista como amenaza. Pero el modo de contarlo sí lo es.

El relato comienza en una mañana de Madrid, frente al Senado, con un grupo de hombres y mujeres vestidos como para un acto institucional. Y lo era: se trataba de la sexta cumbre transatlántica por la libertad y la cultura de la vida, organizada por la Red Política por los Valores. Hasta aquí, puro contexto. No obstante, lo que marca la diferencia es cómo lo cuentan.

La voz principal es la de Elsa Cabria, que lleva el hilo narrativo con serenidad, sin impostar emoción, pero con el tono justo para que lo que dice cale. Es directa, clara, cercana, y no necesita alzar la voz para atraer al oyente a la escucha. Además, intercala testimonios de sus compañeras —Francesca Berardi, Claudia Torrisi y Lili Rutai— que aportan perspectivas desde Italia, Hungría y otros puntos clave. Entre todas forman un equipo que sabe cómo traducir lo que ve en preguntas útiles para el oyente.

La estructura del episodio se construye como una crónica que va sumando piezas. Arranca en Madrid y enseguida viaja a Italia con la historia de Linda, una joven que decide abortar y se enfrenta a un sistema que, siendo legal, le pone trabas a cada paso. “Solo se te valida si decides quedarte con el niño”, dice. Su experiencia concreta se conecta rápidamente con la gran pregunta que articula la serie: ¿qué pasa cuando se legisla desde una visión única de lo que es una familia?

Lo interesante del espacio es que no se pierde en generalidades. Nombra, apunta, muestra vínculos concretos entre partidos, fundaciones, laboratorios de ideas o centros de pensamiento (think tanks), lobbies y discursos. Desde el Heritage Foundation, en Estados Unidos, hasta la oficina que el Centro de Derechos Fundamentales de Hungría. Todo está documentado con fragmentos reales, voces originales y mucho contexto. Lo que puede resultar abrumador en algún momento —hay muchos nombres y siglas— se compensa con la claridad del guion.

En cuanto al diseño sonoro, la producción es eficaz y comedida. No hay efectos innecesarios, ni música grandilocuente. Todo está al servicio de la historia, y los audios, en otros idiomas, ayudan a situar cada escena. El ritmo es ágil, pero no atropellado, y el resultado es un episodio que no se hace pesado.

Estamos ante un podcast pensado para oyentes que siguen con interés los temas de derechos humanos, feminismo, política internacional o religión y poder. Pero también puede atraer a quienes no están metidos en estos asuntos, porque el enfoque se centra más en contar que en juzgar. La clave está en cómo se cruzan las historias personales con el análisis político. En cómo se deja ver, por ejemplo, que en 2025, en Hungría, se obliga a las mujeres embarazadas a escuchar el latido del feto, o que en España ya se han intentado aplicar medidas similares.

Desde el punto de vista de quien escucha, la sensación es ambivalente: por un lado, uno se informa y comprende mejor ciertas dinámicas que a menudo pasan desapercibidas en los medios; por otro, cuesta no sentirse interpelado. Porque estamos ante un podcast en el que se está hablando de cosas que ya están pasando, a veces muy cerca.

Como oyentes, se agradece que no nos traten como si viniésemos con el manual leído. Todo se explica, se contextualiza, y se agradece el tono sobrio: no hay dramatización, ni apelaciones emocionales forzadas. Lo que incomoda es lo que se cuenta, no cómo se cuenta.

La familia correcta no es un podcast ligero; sin embargo, es uno de esos que vale la pena escuchar con calma, tal vez en dos tandas. Deja preguntas, da claves, no subestima al oyente. Y lo más importante: no pretende tener la última palabra, sino abrir una conversación. Quizá por eso funcione tan bien.

Si tuviera que resumirlo, diría que es un trabajo riguroso y narrado con honestidad. Una historia contada desde el terreno, con datos, voces y relatos que ayudan a entender por qué ciertos discursos que parecían lejanos ya no lo son tanto.

Javier el Busto (jelbusto@radioyentes.com)

Créditos

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