En el podcast «Educa como puedas» de Podium Podcast, Carles Capdevila periodista y bloguero, habla de la experiencia de ser padre de cuatro hijos. La paternidad le ha enseñado muchas cosas, desde las normas no escritas de los parques infantiles hasta todas las contradicciones a las que nos somete esta experiencia tan intensa.
Desde que nuestros hijos nacen, hasta que se van de casa, hay un largo camino para el que nadie nos prepara. Carles Capdevila tampoco lo hará, pero al menos le pone humor.
A través de sus monólogos de 7-8 minutos, Capdevila hace un repaso por situaciones cotidianas y otras surrealistas típicas de la paternidad. Una divertida manera de entender a nuestros hijos y de entendernos como padres. Una llamada a educar lo mejor que podamos, pero a asumir que nos equivocaremos porque educar es divertido y es posible.
Carles Capdevila es periodista y, cuando tiene un rato, escribe sobre la experiencia de ser padre. De eso sabe bastante: tiene cuatro hijos, dos adolescentes y dos que no han pasado de los diez años. La paternidad le ha enseñado muchas cosas, como que la ley del silencio en las guarderías, las reglas no escritas de los parques infantiles o cómo las abuelas son especialistas en boicotear cualquier atisbo de disciplina de nuestros hijos.A través de monólogos hilarantes, Carles hace un repaso por situaciones cotidianas y otras surrealistas típicas de la paternidad. Una divertida manera de entender a nuestros hijos y de entendernos como padres.
COMO MUESTRA UN BOTÓN
El fútbol y los padres (00:07:29)
El fútbol para niños es una actividad maravillosa, solo tiene un problema: los padres, los aficionados más peligrosos. Cualquiera que se haya dejado caer por un partido de fútbol infantil sabrá qué es “El Frente de los Ultra-Padres”, se sitúan en un lateral acompañados de carritos de bebés, botellas de agua, suegros o bolsas de deporte. Cuando su hijo tiene el balón, corren paralelamente a él en el campo mientras gritan un: “¡¡¡Tú solo!!!”. Finalmente, para recuperar el aliento, vuelven a la base para lanzar trozos de la merienda a los padres del otro equipo. Éstos padres se convierten en árbitros, entrenadores y taxistas. Sus hijos son siempre Cristianos Ronaldos y Messis, no se conforman con que los niños se lo pasen bien, tienen que ser estrellas del fútbol. Durante los partidos, las madres saltan al campo con la efusividad de un espontáneo e, incluso, se puede ver a alguna pidiéndole un autógrafo a sus propios hijos.Carles Capdevila cuenta sus experiencias peregrinando de campo de fútbol en campo de fútbol acompañando a sus hijos. Un monólogo desternillante sobre cómo los padres convierten este deporte en un absurdo campo de batalla.
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